Primer Milenio del Reino de Granada
Los árabes del norte de África llegaron a España en el año 711 y permanecieron durante más de siete siglos. El primer emir de al-Ándalus1 estableció la capital en Sevilla y poco después la trasladó a Córdoba. En esa ciudad el poderoso Califato de Córdoba, –también llamado Califato Omeya2 de Córdoba–, se desarrolló entre guerras de expansión y conflictos internos hasta el siglo XI cuando se desintegró y quedó dividido en distintos reinos, conocidos como taifas. Justo en ese momento, en 1013, se empezó a hablar del Reino de Granada, una nueva taifa independiente gobernada por la familia bereber3 de los Ziríes fundada por Zawi ben Zirí, que incluía Granada, parte de Córdoba, Málaga, Jaén y Almería.
Al Reino de los Ziríes le sucedieron en Granada los almorávides, unos curtidos guerreros, nómadas bereberes que los andalusíes llamaron en su ayuda del otro lado del estrecho de Gibraltar alarmados por el avance cristiano y más tarde los almohades (hombres de la montaña), otro pueblo del norte de África, con los que se vivió un período de cierta estabilidad política a pesar de que no faltaron intentos por parte de otras taifas de rebelarse y pretender la propia independencia.
En 1232 se erigió el nuevo Reino Nazarí de Granada, último reducto musulmán en al-Ándalus. La nueva dinastía nazarí fue fundada por Mohamed-ben-Nazar (o Nasr), llamado Al-Hamar el Rojo por su barba pelirroja. En los más de 30 000 kilómetros cuadrados que ocupaba el reino –su dominio se extendía por las provincias de Granada, Málaga y Almería y en la costa del Mediterráneo desde Algeciras (Cádiz) hasta Águilas (Murcia)–, vivía una densa población de casi 400 000 habitantes compuesta por las diversas olas de inmigración que llegaban desde el norte de África y desde el resto de la Península al haberse convertido el Reino Nazarí en el último refugio musulmán.
Las ciudades de Granada, Almería y Málaga vivieron con los nazaríes un fuerte impulso urbano y económico. Prueba de ello son la especialización comercial de algunas zonas y la creación de alcaicerías4 en las ciudades en las que trabajaban toda clase de artesanos: orfebres, talladores, curtidores5, etc. El auge cultural también fue paralelo. El reinado nazarí se convirtió en el puente entre Oriente y Occidente y, junto a joyas de la arquitectura como la Alhambra y el Generalife6, florecieron también las artes y las ciencias.
En 1492 –con la conquista de los Reyes Católicos Isabel y Fernando–, Boabdil, el último sultán, abandonó Granada. No cabe duda alguna de que los mil años que los musulmanes vivieron en el Reino de Granada dejaron una vasta herencia cultural y artística que aún permanece. A ese legado, que evoca un pasado de gran esplendor y marca tanto el presente como el futuro de esas provincias andaluzas, está dedicada la celebración del primer milenio: 1013-2013. Su conmemoración pretende proyectar, a nivel nacional e internacional, la dimensión histórica, cultural y patrimonial de Granada y su antiguo reino propiciando múltiples ocasiones de encuentro y maridaje7 multicultural.
Susana Benavente Ferrera
1. al-Ándalus: territorio de la Península Ibérica bajo los musulmanes durante la Edad Media (711-1492).
2. Omeya: familia árabe que reinó en todo el mundo musulmán en la época del Califato de Damasco (661-750) y posteriormente en la España musulmana durante el Emirato y el Califato de Córdoba (756-1031).
3. bereber: pueblo autóctono del norte de África cuyos miembros viven en tribus independientes.
4. alcaicerías: lugares de las ciudades de al-Ándalus donde estaba autorizado comerciar.
5. orfebres, talladores, curtidores: personas dedicadas a la orfebrería, a la talla de madera, al curtido de pieles (it. orafi, intagliatori, conciatori).
6. la Alhambra y el Generalife: la Alhambra fue palacio, ciudadela y residencia de los sultanes nazaríes. El Generalife era la casa de recreo rodeada de huertos y jardines.
7. maridaje: unión entre varios elementos.
Nivel: B2
Objetivos del Marco Común Europeo de Referencia
Comunicación Comprender palabras y nombres conocidos y frases muy sencillas en textos sencillos y no excesivamente largos. Procesar textos escritos breves y sencillos (notas breves, anuncios, carteles, etc.) que presentan una estructura clara. Comunicar a la hora de llevar a cabo tareas simples y cotidianas que no requieran más que intercambios sencillos y directos de información sobre cuestiones que le son conocidas o habituales. Describir en términos sencillos aspectos del pasado y del entorno así como cuestiones relacionadas con sus necesidades inmediatas.
Cultura Tomar conciencia de que los distintos sistemas culturales contienen elementos (percepciones, valores, comportamientos, etc.) entre los que pueden establecerse similitudes y diferencias y promover una conciencia intercultural.