Historia de Melilla
Melilla es uno de los dos enclaves españoles, junto con Ceuta, situados en el norte de África. Ambos son los únicos territorios de la Unión Europea en suelo continental africano. Melilla es una ciudad autónoma que tiene una superficie de apenas 14 kilómetros cuadrados y cuenta con unos 85 000 habitantes. Se encuentra a 130 kilómetros de la costa española. Está ubicada en el corazón de la región del Rif, limita al este con el mar de Alborán y con Marruecos por tierra.
Melilla tiene una larga e interesante historia. Fue fundada por los fenicios en el siglo VIII a. C. Formó parte del imperio cartaginés y fue invadida por los romanos, como todo el norte de África. Posteriormente, pasó a formar parte de la Hispania visigoda.
En 1497 se integró a la Corona de Castilla, durante el reinado de los Reyes Católicos. En 1773, el sultán marroquí(1) Mohammed III decidió conquistar las plazas cristianas del norte de África, pero España logró defender su posesión con la ayuda de los británicos. Tras la guerra de Marrucecos, el establecimiento del protectorado español tuvo efectos muy positivos en la economía de la ciudad, que se convirtió en la capital económica de la parte oriental del mismo. La explotación de las minas(2) del Rif propició el desarrollo de una importante industria, y aumentaron el tráfico de mercancías(3) y la pesca.
Melilla siempre ha presumido de su ejemplar convivencia, ya que cristianos, musulmanes, judíos e hindúes llenan sus calles en un ambiente pacífico. El 66 % de la población es de origen europeo, mientras que un tercio es de origen bereber y profesa la religión musulmana. La ciudad tiene una importante población flotante4, debido a la entrada diaria de unos 30.000 marroquíes que desarrollan importantes intercambios comerciales.
Notas:
1. marroquí = marocchino
2. minas = giacimenti
3. mercancías = merce
4. flotante = fluttuante
Nivel: B2
Comunicación
El alumno es capaz de enfrentarse a cualquier tipo de texto que trate tanto temas concretos como abstractos, incluyendo debates técnicos dentro de su especialidad y dispone de los recursos lingüísticos y no lingüísticos necesarios para participar en los intercambios comunicativos con un grado de fluidez, precisión y naturalidad.
Cultura
El alumno es capaz de manejar informaciones relevantes y reflexionar acerca de temas actuales utilizando un repertorio lingüístico amplio, suficiente para expresarse.
(por Marta Lozano Molina)