Cuestión de género
En español y en italiano los sustantivos pueden ser masculinos o femeninos. Esta característica se llama género gramatical y puede reflejar un aspecto real del objeto indicado (por ejemplo «el gato» es macho(1), «la gata» es hembra(2)); sin embargo, la mayoría de las veces es una simple convención que no tiene nada a que ver con el objeto asociado (un «tren» no es ni macho ni hembra, pero es un sustantivo masculino).
Por esta razón muchos sustantivos cambian de género de una lengua a otra: en italiano se dice gli occhiali y es masculino, pero en español las gafas son femeninas.
Existen también lenguas, como el latín y el alemán, que tienen tres géneros: masculino, femenino y neutro. Otras, por el contrario, no tienen género, como el inglés o el finés(3).
Aunque cuando hablamos no nos damos cuenta del género de las palabras que usamos, esto influye sobre nuestro modo de ver el mundo. Italianos y españoles están acostumbrados(4) a considerar que la luna es hembra porque hablan dos lenguas que llegan del latín y en latín luna, lunae es femenino: por esta razón en la cultura romana (y después en la española y en la italiana) la diosa Luna es una personificación femenina.
Pero en alemán luna se dice Mond, una palabra masculina, y en la antigua cultura alemana la luna se asociaba al dios Máni.
Notas:
1 macho: maschio
2 hembra: femmina
3 finés: finlandese
4 acostumbrados: abituato
Nivel: A1
Objetivos del Marco Común Europeo de Referencia
Comprensión: el estudiante sabe reconocer palabras y expresiones muy básicas que se usan habitualmente, relativas a su entorno inmediato. Dispone de un repertorio de palabras y frases sencillas relativas a sus datos personales y a situaciones concretas.
Comprende indicaciones escritas breves y sencillas.
Cultura: reflexionar sobre aspectos gramaticales básicos.
(por Eugenia Beccalli con la revisión lingüística de Marta Lozano Molina)